San Buenaventura escribe en su Pharetra:
«Oh Santísima Virgen, así como todo el que te odia y es olvidado por ti necesariamente perecerá, así todo el que te ama y es amado por ti necesariamente será salvado». El mismo Santo en su Vida de San Francisco habla así de la confianza de éste en la Bienaventurada Virgen: «Amó a la Madre de nuestro Señor Jesucristo con un amor inefable, por ella nuestro Señor Jesucristo llegó a ser nuestro hermano, y por ella obtuvimos misericordia. Junto a Cristo colocó toda su confianza en ella, la miró como abogada propia y de su Ordena, y en su honor ayunó devotamente desde la fiesta de San Pedro y San Pablo hasta la Asunción».
Extracto tomado del Capítulo XII de:
SOBRE LAS SIETE PALABRAS
PRONUNCIADAS POR CRISTO EN LA CRUZ
“De septem Verbis a Christo in cruce prolatis.”
SAN ROBERTO BELARMINO
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