lunes, 29 de septiembre de 2008

El joven Francisco ante la imagen del Crucificado, en la Iglesia de San Damián



El proceso de conversión de San Francisco de Asís fue largo, como lo es el de muchos jóvenes en la actualidad, el joven Francisco anelaba conocer la voluntad de Dios, no quería equivocarse, por eso oraba constantemente.

La siguiente oración sale del corazón y labios de ese joven fervoroso, en la Iglesia de San Damian, frente al Cristo Glorioso, del cual salió una voz que le dijo:

«Francisco, vete, repara mi casa, que, como ves, se viene del todo al suelo».


A lo cual el respondió:

Sumo, glorioso Dios,
ilumina las tinieblas de mi corazón
y dame fe recta,
esperanza cierta
y caridad perfecta,
sentido y conocimiento, Señor,
para que cumpla
tu santo y verdadero mandamiento.
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Summe, gloriose Deus,
illumina tenebras cordis mei
et da mihi fidem rectam,
spem certam
et caritatem perfectam,
sensum et cognitionem, Domine,
ut faciam
tuum sanctum et verax mandatum.